Un simple toldo de brazo invisible puede disminuir la temperatura de su habitación de 2 a 5º en función de su color y de la hora en la que ha sido abierto. Así pues, el toldo exterior se presenta como una verdadera ventaja medioambiental y como una solución para el futuro ahorro de energía.
Desde el año 2002 el Parlamento Europeo considera la protección solar como una solución para reducir los gastos energéticos de los edificios. La instalación de un toldo exterior permite, en efecto, disminuir el consumo energético y el efecto invernadero (de acuerdo con el protocolo de Kioto).
En efecto, antes de poner en funcionamiento su climatizador, es preferible que abra el toldo para disminuir algunos grados el calor ambiental. Al final, este simple gesto puede reducir del 30 a 50% el consumo eléctrico de una climatización. Si su toldo también está equipado con un automatismo, puede regular la temperatura interior durante el verano de este modo, sin climatización durante gran parte del día.
En paralelo, los conceptos arquitectónicos de estos últimos años (edificio pasivo, casa positiva,?) utilizan mucho los ventanales para sacarle todo el partido al calor y a la luz natural. Solamente deben canalizarse para subministrar los grados y los Lux necesarios en la vivienda. Los toldos exteriores intervienen pues en esta fase para optimizar el impacto de la radiación solar y limitar así el uso de climatización o de iluminación artificial.